Dos semanas después del ataque a Peral Harbor, la Marina clasificó todos los documentos relacionados como TOP SECRET y todos los radioperadores y criptógrafos fueron amenazados con prisión si revelaban cualquier dato relacionado con el ataque o anteriores al 7 de diciembre. Así mismo, el Director Naval de Comunicaciones ordenó a todos los comandantes destruir todas las notas o cualquier evidencia escrita. Antes del ataque, a las 11 a.m en Washington, nadie pudo encontrar o comunicarse con algún alto cargo militar y después todos, sin excepción, testificaron no recordar donde se encontraban durante ese tiempo.
Esto podría demostrar, que tanto el presidente Roosevelt como el Estado Mayor, conocían la información antes de que se produjera el ataque y que además se la ocultaron a los cargos responsables de Pearl Harbor: el comandante jefe Kimmel y el almirante Short.
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