domingo, 3 de mayo de 2009

Ocultación de información:

Existían varias estaciones de intercepción de información, como la FIVE, la estación que se encontraba en Hawai, era la estación principal donde los agentes estadounidenses captaban los mensajes japoneses, que transmitían a la central en Washington, y allí los criptógrafos los decodificaban y traducían al inglés. Sin embargo, una vez hecho esto, no eran comunicados al comandante jefe Kimmel, responsable de la flota en Hawai. El director de inteligencia naval, Anderson, tenía acceso tanto a la casa blanca como al FBI y conocía esta información y excluyó deliberadamente a Kimmel, al que nunca se le comunicó las pretensiones de Japón ni la información que tenía el gobierno.
Al igual que le ocurrió a Kimmel, el comandante de la armada en Hawai, Short, nunca fue informado de los secretos del código purple incluso cuando los mensajes estaban siendo interceptados a un paso de donde ellos se encontraban, sin embargo todas las transmisiones tenían un denominador común: nunca se informó de ellas al comandante Kimmel.

Poco después de aceptar el cargo de comandante de la flota del Pacífico, Kimmel comenzó a sentirse excluido del servicio de inteligencia. Notaba que le estaban ocultando información valiosa. Así pues, el 18 de febrero de 1941, Kimmel solicitó al Almirante Stark que le mantuviera informado, porque se había dado cuenta de que le estaban ocultando algo. El 22 de marzo el almirante respondió diciendo que el servicio de inteligencia conocía muy bien lo que tenía cuál era su responsabilidad y que él estaba siendo informado de todo. A sabiendas de que seguían ocultándole algo, el comandante Kimmel insistió otra vez el 26 de mayo: “informar al comandante jefe de la flota del pacífico de todos los acontecimientos importantes que ocurran con la mayor rapidez posible” sin embargo no obtuvo respuesta y en julio de ese mismo año, le cortaron completamente todas las comunicaciones relacionadas con el servicio de inteligencia de Washington.
Durante el juicio posterior, Kimmel insistía en que de haber sabido las intenciones de Japón, habría podido organizar una defensa eficaz, y de hecho la información que Kimmel necesitaba era posible, sin embargo tanto el comandante Joseph Rochefort como Layton podían haberle dado dicha información, sin embargo no lo hicieron.
Más tarde Layton afirmaría: “era un precio muy pequeño el que pagábamos por unificar el país”.

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Bibliografía

La mayor parte de la información está cogida del libro de Robert Stinnett: Day of deceit. The truth about FDR and Pearl Harbor.