Nadie pensaría que un país iba a dejar que atacaran un punto tan vital como Pearl Harbor sin hacer nada al respecto. Pero si lo pensamos detenidamente, veremos como a EEUU le interesaba entrar en la guerra por la expansión económica que eso supondría, los favores que más tarde el resto de potencias del bloque aliado le deberían y por supuesto la rivalidad que recientemente se había fraguado entre EEUU y Japón, no obstante la nación norteamericana se negaba a entrar en guerra, por lo que el gobierno no podía hacer nada. Y de repente surge la perspectiva de una ofensiva japonesa a un país no beligerante, lo que obligaría a EEUU a entrar en la guerra. De hecho una vez bombardeada Pearl Harbor, empezó a extenderse un sentimiento belicista entre la nación, que llevó a la entrada de EEUU en la II Guerra Mundial. Visto así, ¿quizá convenía que atacaran Pearl Harbor?
Si bien Rooselvelt había prometido a los padres de la nación que sus hijos no se verían involucrados en una guerra extranjera, reconocía ante el resto de potencias: “si nos atacan nos defenderemos, y ya no será una guerra extranjera”, luego apaciguaba a la nación pero no se negaba rotundamente a entrar en la guerra.
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